martes, 24 de mayo de 2011

SILENCIOS

12 de marzo de 2011
Teatro Bernal, El palmar

Ficha técnica:
Basada en la novela "Els silencis de Maria" de Carles Cortés.
Autor: Carles Cortes
Compañía: Ferroviaria
Dirección y espacio escénico: Paco Macià
Sonido e Iluminación: Visisonor
Diseño Gráfico: Miguel Marco

Audiovisuales: Javier Urosas

Comunicación e imagen: Germinal Comunicaciones
Realización escenografía: Rótulos Izán
Fotografía: La mujer tranvía // Paco Macià
Premio especial del Jurado de la Mostra de Teatre de Barcelona
Intérpretes:
David García Coll: Hector
Eloisa M. Azorín: María
Gema Galiana: Laura
Marina Castro: voz

Crítica:
Silencios. Una obra que llama ya simplemente con su título. Una historia intrigante y enigmática, fácil de seguir y de comprender (acudimos ya con miedo a ver este tipo de obras, porque casi siempre salimos sin tener el todo claro el argumento. No es este caso). La obra tiene las proporciones justas de innovación pero también de tradición escénica para que pueda ser entendido fácilmente.
Hector está en prisión acusado de asesinar a su mujer, María. A través de Laura (una chica que le visita en la cárcel) vamos la vida de María, su pasado, su sufrimiento, su felicidade, el tiempo vivido en un primer matrimonio poligámico en la ciudad árabe de Dubai. Dos mundos en contraste a través de una protagonista con dos vidas muy diferentes.

La puesta en escena es maravillosa, original y sorprendente. Mediante la música, juegos de telas, juegos audiovisuales con proyecciones, se crea una atmosfera mágica y envolvente que no se podía dejar de comentar con el vecino de butaca.
Realmente atrapa, te mantiene atento durante todo el espectáculo, aunque desde antes de la mitad ya se puede deducir fácilmente quien es quien y quitar el misterio. Pese a todo resulta interesante ir atando cabos a través de los detalles.
Cabe destacar el papel de Laura, cuya actriz es alumna de 2º de la Escuela. Puede ser algo arriesgado haber cogido a una estudiante para una obra tan profesional, aunque salvo en pequeños detalles, no se le nota. La chica tiene un control corporal asombrante que le da un aura especial. Da bastante bien el perfil físicamente, (algo que ayuda a deducir quién es realmente Laura). Unicos fallos interpretativos, que se entienden por falta de técnica, sus monólogos no resultan del todo naturales, se ven demasiados tonos, demasiado mensaje al público de “estoy actuando”.
La interpretación de Eloísa maravillosa, aunque nunca habla con su propia voz, pues ella pone movimiento a una voz en off que escuchamos (que es su hija leyendo su diario), alumbra el escenario con su presencia, sus movimientos, su disfrute.
La interpretación de él deja más que desear, aunque hay limpieza en sus movimientos, no siempre habla de verdad, no se le ve del todo implicado y en muchas ocasiones se le ven las marcas de lo que tiene que hacer y actúa sin fe en lo que hace, no es orgánico y no termina de disfrutar, al menos da esa impresión.
El punto en común entre las dos vidas de esta mujer, que refleja a las mujeres del mundo oriental y occidental, es la resignación, el sentimiento de represión ante los hombres. Su

Se ve en esta obra la voluntad de contraponer la cultura oriental a la occidental, de denunciar la violencia que ha asesinado a las mujeres en todos los lugares del mundo, pero sobre todo se convierte en una reflexión sobre el peso que el silencio pueden provocar en el ser humano, sea cual sea su realidad.
Sin duda, mereció la pena ver esta obra, y una pena no tener el texto porque tuvo frases y momentos dignos de apuntar y recordar.

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